30/12/14



EL TORNEO DEL CASTERO (3)
La última corrida de blues del milenio
Hubo cuatro pruebas de pesca: martes 12, miércoles 13, viernes 15 y sábado 16 de septiembre del año 2000. Los jueves cae receso en los torneos de la Marina Hemingway; los visitantes agradecen ese respiro, que les permite echar una mirada al país. Durante los días de pesca se permanece a bordo de nueve de la mañana a seis de la tarde ―salvo el último, que concluye a las 14:00 horas―, siguiendo los hileros de la corriente del Golfo, buscando el pez que sube a la superficie en esos días nublados y calurosos, con frecuentes turbonadas y chubascos vespertinos.
El primer día de pesca es de reconocimiento para casi todos. Se inició el conteo con un reporte que llegó a las 13:21, un blue marlin marcado y liberado a bordo del Francesca III. Ganaban así el premio a la captura inaugural y 450 puntos, de los cuales corresponden 400 a la acción de soltar el pez y 50 al marcado. Otros peces de pico valen 300 puntos por la suelta y 50 por la implantación del tag: la aguja blanca (white marlin), la de abanico (sailfish) y la de pico corto (spearfish). En el comienzo de la cita se lograron cinco capturas.
Durante la pesquería del miércoles, los reportes comienzan más temprano. Treinta y cinco minutos después de la salida al mar, ya el jurado recibe el primer reporte. Luego continúan, a cortos intervalos, hasta bien avanzada la tarde, para sumar 13 peces marcados y liberados en la mejor de las cuatro jornadas del torneo. Los especialistas notan que la proporción de agujas blancas se comporta inusualmente alta para esa época del año. "Siempre hay algo nuevo en la naturaleza", sentencia el biólogo José Fernández Milera.
Al cierre de ese día están selladas las principales posiciones del concurso, aunque esto no será confirmado hasta el sábado. Francesca III logró en dos días los 1300 puntos que le dieron la victoria; Katie M completó en igual tiempo los 1250 de su segundo puesto. El tercero aún tendría que definirse entre el Witch Doctor y el Lady Suzanne, que estaban entonces igualados a 800 unidades. Lo lograría el segundo, con el marcado y liberación de un castero que lo hizo ascender a la misma posición del Katie M, pero más tarde.
Después de lograrse el viernes seis capturas, la última jornada del torneo transcurrió con sólo dos reportes fallidos. El Sherry D, que tenía 450 puntos en pizarra, reportó la suelta de un castero a las 11:25 de la mañana del sábado. Horas más tarde comunicó por radio que tenía otro. Pero recaló en la Marina 26 minutos después de la hora final de entrada, lo cual es motivo de descalificación.
El balance final fue de 17 casteros, ocho agujas blancas (30,7 %) y una aguja de abanico; todos liberados vivos y sólo dos sin marcar. Del total de capturas, 18 tuvieron lugar en la cuadrícula marcada con la letra F en la carta náutica oficial del torneo: una zona próxima a  la denominada "Milla Hemingway" por los pescadores locales, ubicada a la altura del tramo costero entre el castillo del Morro y Cojímar.
El Francesca III había logrado en mayo de este año el tercer lugar del Torneo Hemingway. Ahora ascendió al primer lugar del 19 Torneo Internacional de la pesca del Blue Marlin. Juan F. Raffo abrió la cuenta de puntos con el primer castero de la cita; tres horas más tarde tocó el turno de marcar y soltar a su compañero de equipo Héctor León, y a última hora del miércoles soltó el suyo, sin tag, Leónidas Luján.
En la fiesta de entrega de premios, celebrada en el hotel El Viejo y el Mar, reconocieron la ayuda profesional brindada por la Federación Cubana de Pesca Deportiva en el control técnico del torneo. Trofeos y medallas fueron entregados a los equipos campeones. Los peces, para suerte suya, no estaban invitados a la cena. "No marlin on the menu", pide un lema de The Billfish Foundation. 

¿Se acabó el Castero?
El martes 4 de septiembre de 2001 salieron al mar 42 pescadores de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Cuba para lidiar otra vez por el premio del Blue Marlin. Hay una regla que se aplica en los concursos de pesca en la modalidad de marcar y soltar: en caso de empate gana el primero que pone el tag y libera. Por eso cada equipo informa por radio la hora de su captura, que luego se confirma en documentos y en las fotos digitales que presentan al jurado. Así ganan el vigésimo torneo del Castero los pescadores del yate norteamericano J. Hook.
En 2003 acaban los datos y no hay seguridad en cuanto a la continuidad de este excelente torneo. Este año, ocho barcos norteamericanos y uno cubano marcan y liberan 21 peces de pico, sueltan dos sin marcar, desembarcan dos y uno es descalificado. Veinticinco capturas con nueve barcos, nada mal. Hacia finales de 2014, en que esta memoria se ha estado redactando, se hace una llamada al Club Náutico Internacional Hemingway (CNIH), que ha sido anfitrión de los torneos de pesca de la Marina Hemingway por dos décadas, pero quién podría tener la información considera en tono dubitativo que, a su idea, hace más de diez años el “Blue Marlin” no ha sido efectuado.
Los dos mandatos consecutivos de George W. Bush (2001-2008) serán clarificados por los historiadores, si no es que ya lo han hecho, como el período más agudo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Viajar a Cuba o enviar remesas era realmente un delito para este individuo. A ese período corresponde la ausencia de información sobre el segundo más importante torneo de pesca realizado en Cuba en el último medio siglo. De manera razonable los organizadores centraron su labor en el sostenimiento del torneo Hemingway, cuyo apelativo de clásico se ha justificado plenamente por más de seis décadas. De los intentos que se habrán hecho para reanimar el certamen del Castero, queda todavía al menos una convocatoria al “22nd International Blue Marlin Fishing Tournament” (13), realizada por el CNIH en 2004.
Un año antes, en la apertura del XXI Torneo Internacional de la Pesca del Castero (Blue Marlin), el comodoro Díaz Escrich, comentaba que los pescadores aficionados norteamericanos "han sido capaces, valientes y amistosos" al asistir a este torneo cubano, que gracias a esta actitud seguirá existiendo "a pesar de las tormentas naturales o políticas". El lenguaje no podía ser más evidente. Era el lunes 8 de septiembre de 2003 y la competencia se extendería hasta el sábado.
El día inaugural de esta cita se pensó que este sería un certamen pequeño y lo fue, aunque solo en cuanto a la cifra de equipos participantes. Nueve embarcaciones es tal vez una de las inscripciones más pequeñas de un torneo de agujas, sobre todo después que la introducción del T&R disparó el interés de los pescadores foráneos en esta cita ya histórica. De cualquier manera, hubo otra cara de la moneda: el torneo del Castero de 2003 tuvo captura: cada barco volvió a la marina al menos una vez con su estandarte blanco con el pez dibujado en azul izado en el outrigger. Alguna tripulación lo hizo tantas veces que finalmente ganó, y hasta alguno lo repitió casi igual y no ganó.
Los resultados estadísticos parecen indicar que la flota pasó la primera jornada en exploración de las aguas cubanas. Ni siquiera veteranos de estas aguas como los locales del Costa Azul, o los tantas veces repitentes Strike Force y Colonel, pudieron hacer otra cosa ese primer día que navegar gozando de la brisa y del paisaje de la costa cubana.  Las dos pruebas intermedias tuvieron la intensidad de un buen partido de voleibol de playa. Suponga usted que la net del juego fuera el jueves de receso en el programa y tendrá a cada lado un miércoles y un viernes de competencia, con la puja por el liderazgo saltando de un lado a otro según se sucedían los reportes a cada hora de competencia.
El True Player fue el primero en sentirse aspirante al título, cuando a las 15:17 del miércoles liberó su segunda pieza del día. Estaba aún a 50 puntos por debajo del Eva Marie, que tenía 900 con dos marcajes y sueltas, pero esa diferencia no significaba demasiado cuando aún quedaba casi tres horas para competir en esa jornada. El Eva Marie no había vuelto a reportar y durante casi una hora y media casi llegó a parecer que no sucedería nada más por esta tarde, pero a las 16:44 el Erica hizo un segundo reporte y se emparejó al Eva Marie: había que luchar con dos.
La tercera jornada llegó después del día de asueto, con las aguas nutridas de fauces voraces desde bien temprano. El primer reporte llegó a menos de una hora de salir la flota de puerto, pero la verdadera lucha comenzó cuando a las 10:44 de la mañana desde el puente de mando del Erica el capitán comunicó a la torre de control de la Marina que tenían ya un pez. Los primeros que pudieron hacer algo a continuación fueron el Cuda y el Colonel, sumados al mediodía a la cola de los aspirantes a puesto, de la cual formaban parte ya cinco equipos. Entre las tres y las cuatro de la tarde se armó un zafarrancho en la Corriente del Golfo. Entre los que luchaban por aproximarse al podio, el Eva Marie marcó y soltó antes, pero luego llegó el Erica a reforzarse con su cuarto pez y ya la lucha era por un segundo lugar, o un tercero. El Cuda y el True Player empataron a tres, siempre con el déficit de 50 puntos que cargaba el último por no haber podido marcar.
Sábado. Última jornada; horario recortado a cinco horas. Los veteranos del Colonel aprovecharon el horario del repunte de la picada e inevitablemente dirigieron la proa hacia los hileros más probables. Durante la hora previa al mediodía se han hecho numerosos reportes, y entre la una y media y cuatro de la tarde. A las 11:30 marca el Colonel, con lo cual pasa al escalafón de premiados, con igual puntaje que el Cuda, que los precede por tiempo. Tan sólo 10 minutos después el Erica remata su labor con su quinto pez; el equipo de abordo lo integra el propietario,  James Robert Bottn; Capt. Phillip Thompson, patron, y los pescadores Aaron J. Barry y Alfredo Planas Quintana, cubano. En lo poco que queda de tiempo de competencia vuelve a escucharse el reporte del Colonel, que va a quedarse con el segundo puesto.
De manera general, la acción de pesca se concentró en dos períodos bien diferenciados de cada jornada: uno de una hora y media a partir de las 11 am y otro posterior a la 1.30 pm hasta las 4 de la tarde. Ambos con saldo final de 9 peces en el balance de las cuatro jornadas de pesca. Es decir, que un total de 18 peces fueron cobrados en un período de cuatro horas, mientras las restantes 6 capturas se reportaron durante las restantes cinco horas de competencia: tres de 9 a 11; uno de 12.30 a 1.30, y dos de 4.00 a 6.00. Una captura, descalificada, quedó fuera del registro.
El True Player tuvo la oportunidad de colgarse las medallas del tercer puesto y librarse así del pesado fardo de los 50 puntos que no pudieron sumar por el castero que dejaron ir sin la marca, pero llegaron 13 minutos después de la hora al puerto y recibieron la penalización correspondiente, que consiste en perder la puntuación del día. Hubieran sido 1750 puntos, pero al Cuda le bastó con 1350: tres peces marcados y liberados; esta puntuación lo empata con el Strike Force, pero este queda en posición inferior por la regla de tiempo.
De toda la flota, el Recovery fue tal vez el más afortunado, pues a las dos horas y minutos de iniciado el torneo tenía a bordo un pez que iba a distinguirlos por partida doble: primera captura y record de especie. El pez fue declarado como un black marlin, castero negro en español, lo que puso una nota de desconcierto, pues en la literatura científica más a la mano la especie no había sido hallada como parte de la ictiofauna pelágico oceánica correspondiente al área. de acuerdo con las reglas, era permitido capturar y llevar a pesaje un pez de pico, si se tratara de un posible récord nacional o internacional, o fuera un animal sin posibilidad de salvación.
El castero del Recovery, capturado por Mark Orofino, pesó 232 libras y midió 101 pulgadas de largo estándar, con lo que sobrepasaba las 86 pulgadas exigidas como mínimo por The Billfish Foundation. Hasta aquí, el pescador tenía acceso a 100 puntos, más la condición de récord llevó un examen adicional. El reglamento de este torneo establecía, en 2003, que si el pez llevado al pesaje era efectivamente un récord, el jurado otorgaría los puntos correspondientes a un release, es decir, 400 puntos. A manera de guía, el reglamento mencionaba un grupo de marcas previas, de discutible exactitud (14); como récord nacional y del torneo del Castero debió hacerse mención de la pieza de 569 libras (Phillip Caputto, 1979); la marca de 119,5 libras a la que se referían corresponde a  una aguja blanca (Jorge García Díaz, 1977). Por otra parte, se daban como vacantes las marcas de aguja de abanico (Sailfish) ―de la cual se había dado el poco frecuente caso de que en 1982 una pieza de 70,4 libras recibiera el premio a la pieza mayor del Hemingway Nacional―, y de aguja del  Pacífico (Spearfish), un ejemplar de cuya especie, de 53 libras y media de peso, había entrado en los registros del mismo certamen en 1989, sin que fuera el único caso, datos que habrían debido conocer los federativos. La única marca válida, de las mencionadas en las reglas del Castero en 2003, es la de dorado (Dolphing), que es de 67 libras nacional y para el torneo Hemingway, no del evento de verano.
En aquellos precisos momentos, la única fuente de consulta de autoridad científica que pudo ser alegada es la Sinopsis de los peces marinos de Cuba del Dr. Darío Guitart Manday, y en esta solo tienen cabida cuatro especies (15):
Aguja de abanico o peje prieto (Istiophorus platypterus)
Castero, Aguja de casta (Makaira nigricans)
Aguja blanca, aguja de paladar (Tetrapturus albidus)
Aguja del Pacífico (Tetrapturus pfluegeri)
El hecho de que la especie a la que se suponía pertenecía el pez cobrado por Orofino no apareciera entre las que el reglamento menciona como aptas para premio, no es una real limitan, en un examen bien intencionado. La cuestión, ya señalada, es la carencia de una referencia bibliográfica que permitiera sustentar el récord, o en su defecto el examen del pez por un biólogo, que no fue el caso.   El jurado, integrado por directivos de la Federación Cubana de Pesca Deportiva, aceptó la validez del castero que desembarcó el Recovery, otorgándole la puntuación máxima que establece el reglamento del certamen.
El anuario de records mundiales de la International Game Fish Association (16), describe el black marlin, al que la ciencia ictiológica otorga el nombre de Makaira indica. Es probable que la castellanización del nombre común, castero negro, se haya empleado alguna vez para describir un pez de coloración muy oscura, pero la especie de la que en propiedad se trata es frecuente en los océanos Indico y Pacífico; sólo unos pocos doblan el Cabo de Buena Esperanza para sumergirse en el Océano Atlántico y la fuente que usamos señala que algunos cruzan el océano desde allí, viajando en dirección suroeste tan lejos como Río de Janeiro, Brasil, o en dirección noroeste hasta las costas atlánticas de las Antillas Menores. "Tales excursiones son, sin embargo, consideradas excepcionales", precisa el anuario en la página 301.
"Él puede ser rápida y positivamente identificado debido a que es la única especie de aguja (marlin) cuyas rígidas aletas pectorales no pueden ser plegadas sobre el cuerpo sin romper las articulaciones", se lee en la ficha del black marlin en el anuario. Ese argumento, podemos recordar, fue empleado por alguien en aquella controversia: “Las aletas pectorales no se plegaban hasta el cuerpo”. Asimismo decían que era un animal extraordinariamente flaco, muestra de un gasto de energía muy grande, que si hubiera estado en su peso habría pasado de 350 libras. 
Sería una obra del propio Guitart, de menor conocimiento público, la que nos daría la respuesta, bastantes años después de que esta duda surgiera. El destacado ictiólogo cubano había tenido oportunidad de comprobar mediante estudios directos la ictiofauna pelágico-oceánica de la zona donde se llevaban a cabo estos certámenes, a partir de la información registrada por tres años, de 1971 a 1973, por una cooperativa de pesca del río Almendares, cuya técnica de pesca era el palangre. De este modo, no solo verificó la abundancia relativa de agujas y casteros en la región noroccidental del archipiélago, sino determinó la presencia minoritaria de otras especies, aparte de las más comunes, como otro tipo de castero, Makaira indica, y de la aguja del Pacífico, Tetrapturus pfluegeri. El reporte científico que corrobora esta notable excepción se titula “Las pesquerías pelágico-oceánicas de corto radio de acción en la región noroccidental de Cuba”, por Darío Guitart Manday, publicado en el número 31 de la Serie Oceanológica, de la Academia de Ciencias de Cuba, en el año de 1975.
La ceremonia de premiación, en la noche del sábado 13 de septiembre de 2003, tuvo la impronta de las despedidas. Al competidor Richard Dick Mandt, del Colonel, le agasajaron como huésped distinguido de Marina Hemingway y a Patrick Faulkner (Strike Force), como competidor más repitente en este torneo. Los premios fueron obras de artesanía de logrado valor artístico y regalos de los patrocinadores. La gran competencia del verano pudiera tener un buen momento, ahora que aires menos turbulentos soplan sobre el estrecho de la Florida, y no precisamente de un frente frío.
La Habana, 24 de diciembre de 2014.

NOTAS.-
1- Cálculos realizados por el autor, para el libro en proceso editorial El torneo cubano de Ernest Hemingway. En igual sentido es apreciable la información brindada por el biólogo José Fernández Milera, en una plenaria de pesca deportiva realizada el 13 de septiembre de 1997 en el Club Náutico Internacional Hemingway, según la cual en 35 torneos nacionales Hemingway se habían capturado 758 agujas blancas, 145 agujas de abanico y 42 agujas de casta, cuyo cálculo porcentual muestra levemente más deprimida la presencia de casteros en los certámenes, respecto a nuestro dato, calculado con cinco años menos.

2- Ver tomo IV, página 676, 1978.

3- Guitart Manday, Darío: “Las pesquerías pelágico-oceánicas de corto radio de acción en la región noroccidental de Cuba”. Por Darío Guitart Manday. Academia de Ciencias de Cuba. Serie Oceanológica, No. 31, La Habana, 1975.

4- Carta remitida a Guitart por Manuel García Caneiro, director del Centro de Investigaciones Turísticas, el 11 de enero de 1979.

5- Al “Hemingway” asistieron en mayo de ese año 112 norteamericanos, según el reportaje “Un saldo positivo en tres jornadas”, que  Jesús Abascal  publica en  Resumen Semanal de Granma, el 4 de junio de 1978.

6- Jesús Abascal: “Un nuevo éxito de la pesca deportiva”, Granma. Resumen Semanal, La Habana, 10 de septiembre de 1978, página 7.

7- “IGFA Saltwater Fly Rod World Records”. 1985 World Record Game Fishes, Fort Lauderdale, 1985, página 178.

8- Abascal López, Jesús. “Torneo Turístico del Castero. Un nuevo evento de pesca deportiva”. Mar y Pesca, La Habana, No. 158, noviembre de 1978, páginas 20-23.

9- International Game Fish Association (IGFA), 2010 World Record Game Fishes. Florida, USA, 2010.

10- Jesús Abascal López: Torneo Turístico Internacional del Castero. Marina Barlovento: Punto de partida. Granma. Resumen Semanal, La Habana, 26 de agosto de 1979, página 9.

11- Abascal, “Marina Barlovento...”, Granma. Resumen Semanal, La Habana, 26 de agosto de 1979, página 9.

12- Bonilla Alcántara: “Pescadores deportivos del río Almendares. Varas afiladas”, Mar y Pesca, La Habana, No. 292, enero de 1990, pp. 16-17.

13- http://www.allatsea.net/caribbean/tag/blue-marlin/

14- Se mencionaban las siguientes:
Blue marlin 580 libras; nacional 647 lb.
Blue marlin del torneo vacante. Nacional 119.5 lb, sedal de 50 lb.
Sailfish vacante, mínimo 80 lb.
Spearfish vacante mínimo 45 lb.
Dolphing, que es de 67 libras..

15- Guitart, Sinopsis, tomo IV, páginas 674-678.

16- 2003 World Record Game Fishes.


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